Una recomendación, o mejor dicho, dos.
La exposición de Horacio Coppola en la Fundación Telefónica y la Mario Muchnik, en Casa de América.
H. Coppola (1906!!) está reconocido como el fotógrafo porteño por excelencia. Sus delicadas fotos en blanco y negro nos enseñan el Buenos Aires de primeros de siglo.
Se deslumbra, a través del recorrido fotográfico, el futuro toque cosmopolita de la capital argentina, pero es sobre todo interesante fijarse en cómo se refleja la elegancia de la ciudad y sus habitantes.
Las faldas tubo hasta la rodilla y los tacones de aguja marcando la silueta femenina y los trajes impecables de ellos, elevados por sobreros y típicas gorras porteñas, configuran figuras que se deslizan enalteciendo la ciudad.
Al final la imagen de una ciudad no es solo una amable y funcional disposición de calles y edificios, sino de personas que la pasean y la hacen vivir.
Es cierto que ese estilo era habitual en la época. Me llevó a confirmar mi teoría sobre que quizás hoy andamos disfrazados con tallas maxis o camisetas minis, con toques desaliñados que sinceramente, no favorecen, ni a nosotros ni a nuestro espacio.
Una foto de transeúntes de, por ejemplo, nuestra Gran Vía hoy, desde luego no creo que confiera, dentro de 40 años, ningún tipo de elogio sobre la estética y la clase de Madrid. Y quizás no haga falta, pero cuando la reencuentras, se agradece.
Es mi opinión, subjetiva. Llamadme clasista.
La exposición de Munchnik (1931), Volverte a Ver, se compone de fotos de diferentes zonas de Argentina, tomadas por el fotógrafo en un viaje de retorno a su país, con el objetivo de dar a conocer la grandiosidad de su país, pero no sólo en dimensiones físicas, sino como el mismo dice, en dimensiones morales.
¡!Daros prisa porque a finales de mayo ya las cierran ¡!
La exposición de Horacio Coppola en la Fundación Telefónica y la Mario Muchnik, en Casa de América.
H. Coppola (1906!!) está reconocido como el fotógrafo porteño por excelencia. Sus delicadas fotos en blanco y negro nos enseñan el Buenos Aires de primeros de siglo.
Se deslumbra, a través del recorrido fotográfico, el futuro toque cosmopolita de la capital argentina, pero es sobre todo interesante fijarse en cómo se refleja la elegancia de la ciudad y sus habitantes.
Las faldas tubo hasta la rodilla y los tacones de aguja marcando la silueta femenina y los trajes impecables de ellos, elevados por sobreros y típicas gorras porteñas, configuran figuras que se deslizan enalteciendo la ciudad.
Al final la imagen de una ciudad no es solo una amable y funcional disposición de calles y edificios, sino de personas que la pasean y la hacen vivir.
Es cierto que ese estilo era habitual en la época. Me llevó a confirmar mi teoría sobre que quizás hoy andamos disfrazados con tallas maxis o camisetas minis, con toques desaliñados que sinceramente, no favorecen, ni a nosotros ni a nuestro espacio.
Una foto de transeúntes de, por ejemplo, nuestra Gran Vía hoy, desde luego no creo que confiera, dentro de 40 años, ningún tipo de elogio sobre la estética y la clase de Madrid. Y quizás no haga falta, pero cuando la reencuentras, se agradece.
Es mi opinión, subjetiva. Llamadme clasista.
La exposición de Munchnik (1931), Volverte a Ver, se compone de fotos de diferentes zonas de Argentina, tomadas por el fotógrafo en un viaje de retorno a su país, con el objetivo de dar a conocer la grandiosidad de su país, pero no sólo en dimensiones físicas, sino como el mismo dice, en dimensiones morales.
¡!Daros prisa porque a finales de mayo ya las cierran ¡!
1 comentario:
Iremos a ver las exposiciones! tienen buena pinta!
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