lunes, 12 de mayo de 2008

¿Nos hemos comido los Tiempos?







A pesar de que esto es un blog... ¿Dónde está el papel y el boli?


Hace unas semanas salí de mi taller de escritura meditando sobre algo que nos había contado Gloria (mi profesora).

En una conferencia de Ricardo Piglia, dentro de la semana dedicada por la Casa de América a este escritor argentino tendente a reflexionar sobre la escritura, surgió el, quizás ya hasta tópico, tema de la Influencia de las Nuevas Tecnologías en nuestra sociedad, pero especialmente en el mundo del escritor.

¿El fin del libro de papel? ¿Saturación de información?...
Pero sobre lo que yo aún sigo dando vueltas tiene que ver con la influencia en Los Tiempos.


Detallo:
El uso del email ha favorecido a la escritura, porque hemos vuelto, quien más quien menos, a redactar para contactar con nuestro entorno.
Hemos frenado, aunque sea en un grado mínimo, el lenguaje oral, y hemos combinado ese teléfono que había devorado a las cartas, con los correos electrónicos y la vuelta de la sintaxis.

Pero a su vez, hemos revolucionado el tiempo de nuestra comunicación provocando, quizás, el No Pensar, generando Aceleración, y entrando en el bucle de la Impaciencia.

Me explico:
Cuando escribíamos cartas, todos éramos conscientes de los espacios de tiempo en los que nos íbamos a mover. Te sentabas y pensabas qué querías decirle a esa persona, dedicando el rato necesario a expresarlo. Esa carta se enviaba por correo, y tardaba unos días en llegar. Todos éramos conscientes del lapsus de tiempo que existía hasta que nuestra carta llegaba a nuestro destinatario.
Esa persona, a su vez, podía esperar unos días más para contestar, estábamos dentro de unos tiempos marcados por “la redacción” y “la logística”.
Así nuestro receptor iba asimilando lo que había leído, y pensando en la respuesta. Y una vez estructurada en su mente (o en su corazón, que las cartas incorporan mucho de él), contestaba.
Y volvían a pasar unos días, marcados por Correos y el sr. Cartero, hasta que llegaba esa respuesta.
Y no pasaba nada, estábamos dentro del espacio de tiempo lógico.

Hoy el email conlleva a la tensión de la INMEDIATEZ. Se eliminan las pausas en la comunicación. Tan pronto recibes un email, parece obligado contestar.
Y sin haber casi asimilado lo que estás leyendo, estás ya contestando. Sin reflexionar.
La velocidad de la tecnología exige velocidad en el flujo de conversación.
Y la espera provoca stress. ¿Cómo puede tardar alguien en contestarte….un hora, un día, una semana…..si lo ha recibido en una milésima de segundo, y lo ha leído en la siguiente?

Por supuesto que el email tiene muchísimas ventajas. Quienes me conocéis sabéis que soy una heavy user. Pero me hizo pensar.
Soy la primera que no concedo el tiempo necesario. Que delante de un ordenador, me cuesta respetar los lapsus de tiempo que requiere la comunicación escrita, sea cual sea el soporte.

Antes escribía cartas y me gustaba. En los últimos días he escrito dos. No voy a tomarlo por costumbre porque, probablemente, me quede sin respuestas….:-)).

Pero de todas formas, aunque sólo sea de forma simbólica, me he comprado un juego de cartas, muy mío, en París.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Hace poco he tenido el placer de leer en su primer libro 'EL MUNDO AMARILLO' las 23 cosas que, generosamente (por menos de 20€ y sobretodo, sin necesitar que te inyecten hasta 80 ciclos de quimioterapia, y sin tener que despedirte en vida de una pierna ni de un pulmón, caray, qué generoso!!) comparte Albert Espinosa y que le enseñaron sus 10 años con cáncer.

Una de las cosas que aprendió me ha venido a la mente nada más leer tu post, Pita, y Albert Espinosa le llama la regla de los 30 minutos.
Dice Espinosa "Los médicos le aconsejaban esperar 30 minutos antes de abrir el sobre con los resultados de unas pruebas porque "las ganas cotillas" del primer momento nublan la razón y no ayudan a afrontar una posible recidiva del cáncer". "A los 31 minutos ya tienes ganas de resolverlo de verdad", y estás "sereno, sin ansia", un aprendizaje que se puede aplicar al recibir un mail o un mensaje de móvil importante."

Así, forzadamente, sin necesidad, pero como ejercicio y por nuestro bien, ¿tú crees que con la regla de los 30 minutos dejamos de comernos los Tiempos?