viernes, 23 de mayo de 2008

SNORKELING in the THIRTIE'S: Capítulo 1.


Seis chicas cenaban hace un par de días en un restaurante cool de la capi.

Desde fuera podían ser primas hermanas de las protagonistas de Sexo en Nueva York, aunque las perfilaremos como muchísimo menos frívolas que ellas.

Estaríamos de acuerdo en que forman un grupo de presumidas resultonas. Si, si, guapas y con chispa.

Todas situadas ya a nivel profesional a pesar de ciertas incertidumbres de cómo seguir enfocando sus destinos laborales.

Pasan esa barrera de los 30’s que, según como llegas, parece que marca algo en la vida de la gente e incita a replantearte constantemente tu vida. Parlanchinas y alegres, siempre preocupadas con los temas personales de cada una. Con mucho “spanish glamour”, y algo de "elitismo argentino", que una llega de estar viviendo allí dos años.

Esperaremos algunos capítulos para hacerlas famosas. Nos falta aún ponerles nombres y más rasgos. Tiempo al tiempo, que los personajes crecen con nosotros.

Su vida emocional no es lo que se espera desde el punto de vista más tradicional, y eso que todas están bastante integradas en ese marco social. Ninguna ha constituido todavía una familia…“como se esperaba”…. y a pesar de que una ya si es mamá de dos babys, y la otra cría a la niña de su novio, no forman ninguna, en estos momentos, un enclave conservador.

Las iremos conociendo en este blog, porque son personajes que tienen muchas cosas que decir.

Hoy, de momento empezaremos con las reflexiones que comparte acerca de cuándo se puede decir que se ha vencido el duelo emocional que requiere cerrar una relación.

Y lamento comunicaros que tal vez porque es subjetivo para cada uno, tal vez porque depende del momento en el que tienes que afrontarlo, o tal vez porque a éstas chicas les gusta discutir con vehemencia, no hubo acuerdo.

¿Depende de un papel que se acabe un matrimonio o noviazgo? ¿Depende de un gesto que asumas que se ha acabado una relación? ¿Cuánto es el tiempo necesario para asimilar la situación? ¿Es posible terminar el duelo, o siempre queda algo de él en tu interior?

Nadie duda que una relación emocional, y hablamos de una relación de pareja, puede acabarse de un día para otro de forma oficial. Lo que no está tan claro es los dos hayan integrado en sí mismos esa decisión.

Quizás a veces, de forma incluso inconsciente, esa historia se ha ido apagando en los últimos tiempos de esa vida juntos. En esa situación, tal vez el duelo se ha ido gestando en ese período, en silencio, no se manifiesta públicamente porque sólo pensarlo aterra. Simplemente, está pasando. Y cuando la decisión se verbaliza, ya a cada uno le es más fácil volar para otro cielo.
Alguien apunta que como una de las dos personas no haya interiorizado ese proceso, porque el desamor no ha sido mutuo, con probabilidad vivirá con más dureza el principio de la nueva etapa.
Hay veces que circunstancias de la vida provocan una ruptura, pero quizás no se ha roto el amor. No se sabe si hay vuelta atrás, segundas partes nunca fueron buenas. O si. Pero de todos modos, y descartando a priori un retorno, el duelo se alarga porque no sólo es asumir una nueva situación, sino necesitar que se extinga ese vínculo.

Dicen que el tiempo lo cura todo, pero a veces es la distancia la que te hace replantearte cosas, y echar de menos. Pasa el enfado y la decisión racional, pero los sentimientos si han quedado y aparece una sensación de vacío que te recuerda lo que has perdido y lo que te aportaba la persona.

Un nuevo o nueva “acompañante” te ha ayudado a pasar con más facilidad y alegría ese mal trago, pero una vocecita te dice que no acabas de encontrar ese “azul” con el que habías pintado a ese príncipe o princesa antes. Y no quiere decir que no lo vaya a tener de nuevo, sino que no siempre es rápido el remplazo.

Una vez más se dieron cuenta que no hay un Manual de Instrucciones en temas sentimentales, sino quizás sería un rollo....y que las experiencias se viven de modo desigual. Que los consejos ayudan más que nada por aquello de sentirte “como el de al lado”, pero que al final cada uno vive, siente y padece de una manera diferente.

Todo vale, y cada uno pasa el duelo … “como buenamente puede”.

Y para celebrarlo, ahí se fueron de copas.

No hay comentarios: